Imagina por un momento




Imagina. Imagina por un momento que nunca viste la nieve. Una mañana te despiertas con el sonido de la cafetera que proviene de la cocina, el mismo que te anuncia que tu familia ya está desayunando. Es hora de levantarse. Mientras despegas los párpados, muy lentamente, te percatas de que la noche anterior te quedaste dormid@ en el salón. Lo sabes porque escuchas el crepitar de la leña en la chimenea, emitiendo ese sonido tan agradable. Hace un calor acogedor, tanto por el ambiente cálido que impregna tu salón como por la manta que cubre todo tu cuerpo. Tras elevarte suavemente, apoyando tus manos en el sofá para mantenerte sentad@, lo ves, ves el exterior a través de la ventana. Pequeños fragmentos blancos caen del cielo, ese cielo nublado que se encuentra en el jardín. Te levantas, de un salto, sintiendo curiosidad por lo desconocido. Por aquello que sabías de su existencia, pero que jamás pudiste presenciarlo en persona. Te asomas por la ventana, y no ves el suelo. Está cubierto por una capa blanca, muy blanca, y que además brilla. Corres para coger algo que pueda abrigarte, tienes ganas, quieres salir ahí fuera, quieres coger la nieve y soltarla por el aire, hacer un muñeco, observarla de cerca, quieres disfrutar ese momento, esa experiencia, eso “nuevo”. Tras cruzar la puerta, y salir al exterior, dejas esa temperatura acogedora atrás. El frío se pega a tus mejillas, y lo notas. Sientes que las manos poco a poco se hinchan debido a la baja temperatura. Pero el paisaje es tan bonito, es tan nuevo, es tan maravilloso, que decides seguir caminando. Al final te acostumbraste al frío y ya no lo sentías. Al final caminaste y conociste qué era eso, qué era caminar oyendo esa delicada brisa, caminar viendo aquellos copos de nieve deslizándose delante de ti, al final saliste de casa, para conocer lo que había allí fuera.

La nieve no aparece todos los días, la nieve aparece cada mucho tiempo, la nieve aparece con cada experiencia nueva, con cada nueva etapa, con cada sentimiento nuevo. La nieve es la novedad de nuestras vidas, y gracias a la nieve existe esa ilusión que sentimos cada vez que las cosas cambian porque crecemos, porque nos surge una nueva oportunidad, porque decidimos empezar de cero. La nieve son todos los giros que da la vida, aprovechémoslos, disfrutémoslos, recibamos a la nieve con los brazos abiertos.


C.casu

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