Sentir

Sentada, en el porche una noche fría de verano con la manta protegiendo todo el cuerpo salvo los pies; un cigarro con café acompañados de una charla con un amigo.
Los besos en el cuello, con sus brazos rodeándome.
Un ´´Laurita´´ en vez de ´´Laura´´.
Las cosquillas en la espalda, las cervezas con amigos.

Estar viva.

Sentirte dueña de ti misma, fuera de rejas, fuera de todo lo malo que puede abarcar la cabeza fuera del mundo real.

Disfrutar de un libro nuevo, con cada página que desvela el desarrollo de la historia. Levantar cada mañana con sonrisas y un mensaje, su mensaje.

Sentirte viva.

Ojalá desprendernos de todos los males que nos acompañan día a día con un simple: ´´basta´´. Tener el poder de controlar esos pensamientos que no nos dejan disfrutar de ese libro, de estar al cien por cien de esa conversación; poder parar eso que creció y creció sin apenas darnos cuenta, que se fuera como llegó, de repente.

De repente llego la necesidad de controlarlo todo, de no permitir ´´excesos´´, de reprocharte lo que considerabas ´´debilidades´´, de exigir, exigir y exigir explotando como volcán en erupción; quemando todo disfrute reduciéndolo a cenizas, dejando solo los restos de lava convertidas en piedras que dificultan tu camino, tu camino libre, tu sentimiento de ´´estar viva´´.

Desear volver a estar viva.
L. Vita



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